CONOCIENDO A FORTUNATO, EL FUNDADOR

Con el valioso aporte de su bisnieto Fernando Devoto, hoy, 125 años después de que su espíritu visionario abriera el camino a nuestra historia, descubrimos a Fortunato Devoto. 

El contenido de esta breve biografía alumbra una personalidad multifacética, signada por un espíritu emprendedor y filantrópico.

En este nuevo aniversario de la fundación de la localidad, los invitamos a conocer algo más sobre la historia de Fortunato Devoto.

 

 

DEVOTO Y FORTUNATO

Por Fernando Devoto (bisnieto del fundador)

 

Fortunato Devoto nació en Chiavari, Génova el día 9 de marzo de 1841; llegó a Buenos Aires en el año 1857, se casó con Magdalena Chioino en 1860, con quien tuvo tres hijos (José, Benedicto y Fortunato).

Durante sesenta años participó de las fortunas de la Argentina. Trabajando con ahínco e inteligencia, hizo que su situación económica prosperara, llegando a labrarse una considerable riqueza, parte de la cual la utilizó para socorrer a los necesitados.

Su visión de futuro, unido a su espíritu emprendedor, le hizo adquirir grandes extensiones de campo en los departamentos de Río Cuarto y San Justo de la Provincia de Córdoba. La Ley de Colonización de 1886, dio el instrumento legal para hacer la colonización privada y abrir tierras a la producción agropecuaria. Así, Fortunato Devoto fundó la “Colonia La Economía” en Coronel Moldes y la “Colonia del Trabajo”, que hoy es la localidad de Devoto y fue realizada sobre las suertes 61 y 62 del Departamento de San Justo.

Acudieron al llamado de ocupar la colonia muchos inmigrantes,  que iban a sacar de esas tierras su rendimiento solo con intenso trabajo realizable, así gran cantidad de los colonos que Devoto logró atraer, pudo pagar sus tierras con el producido de las mismas.

El estímulo inmediato para que estos campos cubiertos de malezas, espinillos y montes se transformaran en tierras productivas, fue ciertamente el trazado ferroviario y la tierra brindó a su tiempo todo lo necesario para la subsistencia, pero muy duro fue en sus principios, ya que tomaban posesión de una tierra desconocida, inexplorada y desértica.

Seguramente la Colonia del Trabajo fue la preferida de Fortunato, ya que participó activamente en su trazado, siguió muy de cerca su desarrollo y cuando sus actividades no le permitieron estar presente, delegó ello en su joven hijo José Devoto, quien fue el primer Intendente o Presidente de la Junta Comunal, como se designaba entonces, lo cual consta en el libro municipal.

Fortunato Devoto, ya radicado en Buenos Aires, en el barrio de Almagro, que era entonces jurisdicción provincial, realizó de su peculio las obras indispensables para el más fácil acceso a la ciudad capital, logrando formar así el núcleo de población, que habría de constituir, con el curso de los años, el floreciente barrio que es hoy. En 1890 construyó 40 casas vecinas a la que habitaba, cediendo también las tierras correspondientes para la apertura de las calles. Este hecho promovió entre el vecindario, el anhelo de que la actual calle “Treinta y tres orientales” llevara su nombre. Esta iniciativa también fue apoyada por la prensa local, la que inició una campaña periodística a su favor, por intermedio del “El Oeste”, antiguo vocero de los intereses públicos de la zona. Tan pronto el Sr. Devoto tuvo conocimiento de esta petición, hizo saber a las autoridades que renunciaba a tal honor. Recién después de su muerte, Fortunato Devoto pudo ser y es una calle de Almagro.

Creyó en el porvenir de nuestro país, cuya ciudadanía adoptó espontáneamente, y contribuyó al progreso de Argentina con extraordinaria generosidad, pero lo más importante que tuvo es el estar siempre dispuesto a las acciones nobles, siendo una de las más remarcables su constante  preocupación por el bien de los escolares. Amigo de ese otro espíritu altruista que fue Williams Morris, le ayudó en su empresa de educar, alimentar y vestir a los millares de niños de las Escuelas Filantrópicas Argentinas.

Después de una corta enfermedad, el 6 de octubre de 1917, su larga vida útil y ejemplar, terminó sobre la tierra a los 76 años de edad. El entierro, que tuvo lugar al día siguiente, fue un elocuentísimo testimonio de afecto, y un tributo muy impresionante a su memoria. El colosal acompañamiento en el cementerio, de muchos centenares de hombres, pertenecientes a todas las clases sociales, desde el humilde obrero hasta el próspero comerciante, industrial, profesional y el poderoso rentista y representante de la alta Banca, estaban reunidos en rendir un sincero homenaje a la memoria del distinguido anciano.

A este hombre de características propias y originales, que lo destacaban como bastante distinto de la generalidad, se lo debe recordar en estos 125 años de Devoto, no solo por ser el fundador, sino también por su labor humanitaria.

 

Bibliografía:

Historia de Buenos Aires (quien es quien en las calles porteñas) Domingo Oliva.

Revista El Hogar  del 17 de junio de 1955 (Pag. 80)

En Afectuosa Memoria – Williams C. Morris

Diarios La Nación (7 y 8 de octubre de 1917); La Prensa (7 y 8 de octubre de 1917)

Giornale d’Italia (7 de octubre de 1917) El Oeste (7 de octubre de 1917)

Revista Vida Argentina (octubre de 1917)

Documentación propia y relatos familiares de mi abuelo y padre (hijo y nieto respectivamente de Fortunato Devoto

 

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