EL CARNAVAL CHAYERO LLEGÓ PARA QUEDARSE
El primer carnaval chayero en Devoto resultó un éxito y todo hace presumir que llegó para quedarse. En clima de fiesta, la familia del folclore se reunió y celebró, con la alegría plasmada en el baile y las canciones, bien acompañadas de harina y nieve loca.
El “Carnaval Chayero” o “ Peña de La Chaya Riojana” se desarrolló este sábado en el playón del Centro Vecinal Noroeste, con la organización del grupo de padres del Ballet Estampas Argentinas, y la colaboración de los profesores y los propios bailarines, todos bajo la dirección de Gladis Caporale de Raviolo.
La original idea que movilizó a todos era reproducir la fiesta de la chaya, tan típica de La Rioja, con el convencimiento de que la alegría no sabría de provincias ni distancias.
El responsable de abrir la noche y guiarla, a través de las palabras, fue Juan Peralta quien fue presentando, uno a uno, a los distintos artistas que se asociaron al festejo con el deseo de colaborar.
Los que rompieron el hielo fueron los integrantes del Taller Municipal de Malambo que, con sus diferentes zapateos, individuales, en contrapunto y grupales, encendieron el fervor del público, que los acompaño y vivó.
Luego fue el turno de Leo Zabala, que volvió a cantar en Devoto después de mucho tiempo. Acompañado de Javier Bovero en bombo, interpretó un rico repertorio de zambas.
Enseguida se presentó el grupo “La Huellas” de Colonia Marina, despertando el aire de carnaval, con temas de tradición rionaja.
Denis Pineda de San Francisco fue quien llegó después con sus canciones de pura raíz folclórica, interpretando gatos, chacareras y zambas a los que ningún bailarín se pudo resistir.
Finalmente, “Los Caminantes” de Devoto le dieron el mejor cierre a este “Carnaval Chayero” que seguramente se repetirá los próximos años.
Cabe destacar que, en paralelo al show, trabajaron intensamente en la organización todos los bailarines del Ballet Estampas Argentinas junto a sus padres; atendiendo la cantina, vendiendo Bonos de Contribución y realizando sorteos; sin olvidarse de salir a la pista y bailar, entre la nieve loca y la harina que inundaron la noche.