EL CHACO SALTEÑO EN PRIMERA PERSONA

Valeria Carusillo es una joven devotense que, con espíritu voluntarioso y solidaridad, viajó el pasado 20 de Mayo al Chaco Salteño. Allí participó de una embajada sanitaria, en coincidencia con la Fiesta de la Cultura Nativa. Compartió la experiencia con el Dr. Atilio Olivetta y Gustavo Nassi.

Con generosidad, Valeria compartió esta experiencia única e inolvidable con FM Cristal y Devoto Digital. Aquí presentamos sus principales aportes:

Hace un tiempo me había contactado con el Dr. Atilio Olivetta para que me tuviera en cuenta al momento de programar un nuevo viaje a la zona. Con mucha ansiedad espere casi un año hasta que el momento llegó.

Salimos el lunes 20, el doctor me había explicado la situación, el panorama que encontré era muy similar al que imaginaba, es un lugar que no parece parte de nuestro país.

Después de andar unos 1500km, y pasando la ciudad de Tartagal, hay unos 170 km que se hacen por caminos de tierra en muy mal estado, en ocasiones tuvimos que andar a paso de hombre por la cantidad de pozos que nos encontramos.

Llegamos a Santa Victoria y de ahí seguimos a la comunidad de La Merced que era nuestro destino. Santa Victoria pertenece a la provincia de Salta y es una zona donde hay agua y energía eléctrica, allí no se ven tantas necesidades como las que hay en comunidades cercanas a ésta.

En general hay comunidades cercanas que tienen acceso a algunos servicios, pero a más de 30km hay zonas que solo acceden a servicios de salud una o dos veces al año, cuando se realizan estas campañas solidarias a las que asisten profesionales y voluntarios de todo el país.

Una vez que comenzamos a trabajar, yo estaba en admisión, algo así como una secretaria, recibiendo a la gente que venía y derivándola al profesional que necesitaba; había pediatría, ginecología, médicos generalistas, cardiología, etc.

Desde hace unos dos años el tema de la salud está un poco más controlado (por lo menos en La Merced), sin embargo el 01 de mayo, el Dr Hernán Cocha y Dr Atilio Olivetta hicieron un viaje casi de improvisto; era una emergencia sanitaria por el desborde del Río Pilcomayo con muchos casos de gastritis y colitis.

Un día en Santa Victoria: hacíamos traslados de gente permanentemente, por ejemplo a Marca Borrado, a 2km de donde estábamos instalados, íbamos y veníamos todo el tiempo.

Se ven situaciones muy impactantes, pero uno encuentra fuerzas para mantenerse firme frente a tantas cosas, muchos niños con necesidades y problemas.

Lo que dejó el chaco salteño: De esta experiencia rescató la calidez de la gente, el grupo humano que se formó. Acá estamos acostumbrados a la solidaridad, pero no es tan común ver un grupo de gente que está acostumbrado a dejar todo en su profesión. No había otra preocupación más que la de atender al paciente y brindarle una ayuda.

Tengo muchas ganas de volver, fue muy duro separarnos y despedirnos de lo que habíamos armado allá. Me traigo sonrisas de agradecimiento.

Quiero dejarle a la gente esto que viví, la realidad que hay en este lugar y del cual no tenemos noción.