LO QUE DEJÓ LA EXPLOSIÓN
La familia Reyna se recupera lentamente del difícil momento que tuvo que vivir el pasado 6 de julio, cuando la explosión de un calefactor, provocó severos daños a su vivienda. Nélida y Raúl están viviendo transitoriamente en otro domicilio porque las tareas de refacción ya comenzaron.
Con el objetivo de que la comunidad tome real dimensión de los daños que un escape de gas puede provocar, compartimos imágenes de todos los elementos de la casa que debieron ser removidos, porque implicaban un riesgo para sus habitantes.
Concretamente, con el asesoramiento de profesionales y el trabajo de albañiles calificados, se retiraron marcos, puertas, postigos y la totalidad de una pared del comedor de la vivienda, que había sufrido daños irreparables.
También las pérdidas incluyeron muebles, electrodomésticos, vidrios y hasta un televisor que ni siquiera habían estrenado.
Raúl Reyna, mientras restauran su casa, volvió a reflexionar sobre lo vivido, destacando que le sirvió para “tomar conciencia” de que no se debe dejar pasar ninguna duda o detalle en relación al funcionamiento de artefactos a gas.
En este momento, mientras ven como su casa, está a medias, y en proceso de reconstrucción, Raúl y Nélida agradecen el milagro de estar vivos, y a todas las personas que los ayudaron en una circunstancia tan difícil: los bomberos, el personal municipal, la Policía, el Hospital Municipal Devoto y muchísimos vecinos solidarios, del barrio y de la localidad, especialmente a la familia Cravero, Alicia Rossi, familia Ranzani, Carina Ramos, “Lalo” Rosso, y todo el pueblo en general que “acompañándonos con tanto afecto nos dan ánimo y fuerzas para seguir viviendo los dos”.
Dando una verdadera lección de vida, Raúl le dice a todo el que lo quiera escuchar: “yo no pienso absolutamente para nada en lo material, lo que pienso y agradezco, es estar bien y que las personas que están cerca nuestro, nos acompañen”.